Este curso académico, como os contamos la semana pasada, hemos querido revolucionar todos nuestros planes, nuestro Viaje de las Estrellas 💫 y una nueva forma de entender la motivación diaria en nuestras aulas. Sin embargo, hemos querido ir más allá y estamos llevando a cabo tutorías con los padres y madres de nuevas y antiguas estrellas que necesitan ser guiados y reforzados porque nunca se nos olvide que nadie nos enseña a ser educadores. 👨👩👧👦
Nuestro equipo de orientación está escuchando cada semana las dudas, sugerencias y problemas que se respiran en las casas cada día y nos encontramos con dos situaciones realmente constantes que nos resultan realmente llamativas.
No entiendo a mi hijo adolescente: ¿Qué hago?
Es una de las frases estrellas que aparecen. ¿Qué puedo hacer si pasa de todo? ¿Por qué no me escucha? ¿Tengo que castigar? 🤔
Lo primero que tenemos que reflexionar es que tener estas y otras cuestiones es completamente lógico. Cada persona somos un mundo diferente y por eso, necesitamos comprender las diferentes versiones de una misma situación y empatizar con cada una de las partes. En nuestro cosmos, no juzgamos, solo escuchamos 👂 a los estudiantes y a los padres para saber todas las perspectivas desde un prisma mucho más completo. Por eso, siempre nos reunimos con ambos por separado y tratamos de empatizar y entender cada posición.
Esa empatía es la que tiene que reinar como eje fundamental de nuestra relación con un adolescente. No se nos puede olvidar que es muy frecuente sentirse incomprendidos, aislados, poco escuchados y nada valorados. Todo ello a una edad en donde la comunicación se ha modificado por la presencia de nuevas tecnologías omnipresentes y el poderío indiscutible de las redes sociales. Expresarse se convierte muchas veces para adolescentes en un muro insalvable que les impide hacerse entender y conectar con la postura, para ellos en las Antípodas, que repiten sus padres. Y todo esto vuelve a ser normal. Por eso, vamos a reflexionar juntos acerca de unos consejos mínimos que tenemos que llevar a cabo para que poco a poco todo fluya:
💖 Aceptemos y validemos
Nuestras estrellas, a veces, son un mar de dudas porque no tienen la experiencia ni los recursos suficientes para tomar decisiones sobre su presente o su futuro. No les critiquemos. Escuchemos sus miedos, interioricemos sus preocupaciones y no las valoremos con adjetivo que nos puedan aparecer de manera instantánea. Pensemos que lo primero que necesitan es que aceptemos esos asteroides y quiérelos tal y como son; con sus virtudes y sus defectos, pero es por eso que son únicos e irrepetibles.
🤝 Respeta antes de exigir respeto
Este pilar básico de cualquier relación tiene que ser absolutamente bidireccional. Las reglas de juego siempre tienen que estar estipuladas por ambas partes. Obviamente la relación con los adolescentes no tiene una jerarquía horizontal como se tiene entre dos iguales. Como padres, educadores y docentes jugamos un rol más vertical para controlar la situación y ayudarles a aprender valores y conocimientos. Eso sí, jamás podemos perder nuestro norte. Nunca elevemos el tono, siempre respetemos, nunca insultemos y siempre mantengamos una base mínima de entendimiento para que la relación no sea dictatorial y de hegemonía, sino basada en la confianza y el entendimiento. Por eso, evitemos emociones como la ira y los golpes bajos o los comentarios irónicos que tanto daño pueden hacer y tanta confianza pueden arrebatar a nuestro vínculo con nuestra estrella.
🚦 Sí a los límites
Si decíamos que establecer el respeto y la tolerancia como reglas de juego tiene que ser una red flag, hagamos lo mismo con otros límites que no pueden ni deben ser vistos como valores negativos. La flexibilidad a la hora de modular decisiones y la negociación para entender por todas las partes que toda decisión lleva consecuencias ha de ser una norma de oro que impere en nuestro trato diario. De esta manera, les permitiremos adquirir poco a poco cada vez más independencia y ser ellos mismos. Si se equivocan, lo asumiremos juntos, pero precisamente alejarse de la sobreprotección les dará recursos suficientes para convertirse en personas psicológica y emocionalmente adultas.
⏰ Tiempo de calidad
Uno de los retos que tenemos que buscar en un hogar es establecer vínculos y conexiones que fortalezcan nuestra relación. Por eso muchas veces, puede no resultar tan sumamente esencial cenar juntos obligatoriamente y sí buscar un plan que a todos nos apetezca en donde todos podamos ser nosotros mismos y reírnos de la vida. De hecho, en nuestras clases, somos partidarios de apostar por divertirnos a la vez que aprendemos, y, por supuesto, hay cabida para momentos de bromas y de buen humor. Jamás se nos tiene que olvidar que delante de nosotros tenemos personas con emociones interconectadas a ese rendimiento escolar que tanto nos preocupa, por eso esas partes son inseparables y tienen que trabajarse en conjunto.
🧠 ¿Por qué no tengo un hijo normal?
Otro de los temas recurrentes que escuchamos en nuestras tutorías personalizadas es qué hacer cuando tenemos una estrella neurodivergente. Como sabéis, somos felices trabajando con todo tipo de estudiantes y estamos preparados para ayudarles. Por tanto, somos conscientes que al principio, los padres no saben como lidiar con algunas de las respuestas incomprensibles que reciben de sus hijos y se desesperan intentando solucionar las cosas de manera desproporcionada.
Lo primero que tenemos que recordaros es que no existe la normalidad; ¿Qué es ser normal?
Sí podemos entender que existen los rasgos neurotípicos, pero tener dislexia, discalculia , TDA o altas capacidades no convierte a nuestra estrella en un androide o un extraterrestre. Tampoco le va a impedir estudiar, formarse, así como conseguir sus objetivos académicos y profesionales. Desterremos por tanto que hay que bajar la exigencia y resignarse con pensamientos intrusivos a que es lo que nos ha tocado vivir.
Una neurodivergencia es algo sencillamente maravilloso y habitual. No pasa nada. Nadie se preocuparía si nuestro hijo tiene el pelo rubio y estamos profundamente consternados porque es negativo. Simplemente tendremos que aprender a trabajar de otra forma con ellos, siempre cuidando de su autoestima, de su motivación y nunca tratarles de manera diferente.
Sabemos que no es sencillo y que quizás, necesitáis una guía. Por eso os animamos encarecidamente a que habléis con nosotros 📞 porque podemos ayudaros. Ya sea en un plano más emocional, académico, lingüístico o motivacional, contamos con los profesionales perfectos para lograr acompañar entre todos a nuestra estrella para que logre brillar con luz propia.
Si estás interesado en solicitar una tutoría, pincha aquí. Y sobre todo, no te despistes porque a lo largo del curso, te propondremos charlas, círculos de diálogo y talleres para ayudaros a madres y padres a transformar vuestros malos rollos en sonrisas. 😊
¡Os esperamos!
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